domingo, 5 de septiembre de 2010
17
martes, 31 de agosto de 2010
16
miércoles, 25 de agosto de 2010
15
lunes, 23 de agosto de 2010
14
domingo, 22 de agosto de 2010
13
sábado, 21 de agosto de 2010
12
11
viernes, 20 de agosto de 2010
10
jueves, 19 de agosto de 2010
9
8
7
6
5
miércoles, 18 de agosto de 2010
4
3
2
Quiero verte morir poco a poco, verte sufrir, verte agonizar y gritar pidiendo perdón por no haber hecho NADA (:
Hoy te tendré a mi merced, pisotearé tu cara con mi pie mientras intentas gritar. Con una barra de acero, me cebaré a golpes con una de tus piernas hasta dejarle inservible, partida por miles de sitios distintos, mientras tú te retuerces de dolor y lloras, y me pides clemencia.
Hoy cogeré unas tenazas y te arrancaré las uñas de los dedos una a una tirando, hasta que se despeguen de la carne y se desangren todos tus dedos.
Después, con las tenazas, te arrancaré los dientes de la boca uno a uno, y luego te arrancaré la lengua para que tus gritos de dolor no formen palabras que me hagan llorar.
Con un cuchillo te abriré las tripas para ver que guardas dentro, y te las sacaré para que las veas.
A estas horas, ya habrás muerto.
Pero me da igual.
Yo guardaré tu cuerpo sin vida para contemplarlo y ver lo que ha sido de tu querida felicidad.
¿Ya no sonríes, verdad? ¿Ya no te ríes? ¿Ya no eres tan feliz?
Cogeré tu cuerpo y lo destrozaré poco a poco con la barra de hierro, parte por parte, golpeando una y otra vez, hasta que todo tu cuerpo no sea más que una absurda masa de carne sangrante, que no sirva ni de recuerdo de lo que una vez fuiste.
Y solo entonces, podré sonreír."
1
Guía
Prólogo.
Las olas de este mar arrementen con fuerza y rompen en mí, golpeándome una y otra vez,
sin tregua.
Cada ola me trae una situación, un pensamiento, una sensación o un sentimiento.
En mitad de este mar que intenta ahogarme, encuentro la salvación: un pequeño islote en medio de toda la inmensidad
de mi delirio. Me subo al islote, que veo como mi cordura, y me aferro a él para proteger mi débil vida.
Parece que me mantengo a salvo. Me mantengo protegido en mi pequeña cordura, pero la locura quiere poseerme,
y sus olas siguen golpeándome aun estando encima del islote. La marea de mi demencia va subiendo, cada vez más.
Mi lucidez con forma de isla va sucumbiendo a la enajenación y se hunde, y así, también me hundo yo.
Vuelvo a encontrarme náufrago en el agua, pero ya no me quedan fuerzas. Cedo ante los golpes del agua y pierdo
la consciencia. Mi cuerpo está trastornado, y ya no responde a lo que le ordeno. Poco a poco se va hundiendo,
va siendo devorado por mi propia insania, que ha formado este mar.
Puedo ver mi propio cuerpo. Ya no estoy dentro de él. Me miro a los ojos, y a través de mis pupilas, me embarco
de repente en un viaje distinto. Cuando puedo ver lo que me rodea, he abandonado el mar en tormenta donde antes
me encontraba. A través de la pupila de mi ojo sin vida, he iniciado un periplo que culmina en mí mismo.
Puedo verme de nuevo. O más bien, es mi cuerpo lo que estoy viendo. No estoy en un mar, ni en un islote. Estoy
en mi casa, sentado solo en una esquina. Estoy vivo, si es que se le puede llamar vida a esto. Me miro a la cara.
No hay expresión en ella. Aunque sin embargo, mi cuerpo respira.
Esta visión me aterra. Tengo ganas de gritar, de llorar, de volver a meterme en mi cuerpo y manejarlo a gusto.
Pero no puedo hacer nada de esto. Al fin y al cabo, las almas no tienen forma física.
Observo de nuevo a través de la pupila de mi ojo como hice otra vez, esperando que pasara algo de nuevo.
Pero a través de mi ojo solo puedo observar un infierno de dolor, suplicio, tortura, angustia...
Mi mente se está peleando consigo misma, dentro de la cabeza de mi cuerpo inherte pero con vida.
Siento de nuevo ganas de gritar y llorar. Pero no puedo.
Ya lo entiendo.
Ya lo he comprendido todo.
Estoy loco