jueves, 19 de agosto de 2010

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Llevo varias horas luchando contra la roca a la que me encuentro atado. Intento pensar como desatarme de ella, pero parece que cuanto más lo pienso, más fuerte se hace nuestra unión y más aprietan las cadenas que me atan a ella.

He llegado a una nueva conclusión. Debo resignarme a convivir con esta piedra, que arrastraré eternamente hasta que llegue el momento de que se suelte por sí sola. Me dificultará mucho las cosas, pero estando tan atada a mí, la única manera de sobrevivir con ella...
Es aceptarla y seguir con ella. Como si no estuviera. Resignándome al peso extra que me añade.

Llegando a esta conclusión... dejo de pelearme con la roca e intento seguir avanzando buscando el islote de mi cordura con ella a cuestas.

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